Una de las citas fuertes del año litúrgico es la celebración de Pentecostés. Este año en la zona de Valencia hubo un momento fuerte vivido en Familia Marianista, pues, se celebró en el marco de la comunidad de fe del colegio Nuestra Señora del Pilar en dos eventos: El sábado por la noche una sencilla vigilia de oración, y el domingo una eucaristía abierta en el patio del colegio. Eso sí, abiertos a la acción del espíritu.
El sábado 27 de mayo, con motivo de la Vigilia de Pentecostés, disfrutamos de una oración al Espíritu Santo junto con nuestros hermanos de la Comunidad de Fe del Pilar.
El Espíritu nos habla siempre en plural cuando, igual que los apóstoles, estamos reunidos en comunidad. El Espíritu Santo nos llega a todos. No hay jerarquías para él, independientemente de si estamos más o menos implicados en la comunidad o en una vida de misión.
Durante la oración hicimos el bonito gesto de escribir una carta a la comunidad de fe, como si fuéramos el apóstol Pablo escribiendo a una de las primeras comunidades de la Iglesia primitiva. Dichas cartas se ofrecieron en la eucaristía del domingo y se leyó una muy significativa escogida al azar.
Y el día 28, en el patio del Colegio El Pilar se celebró la eucaristía de Pentecostés. Javier Cortés resaltó: los apóstoles estaban todos juntos cuando llegó el Espíritu Santo. Es necesario estar en comunidad para recibir el Espíritu. No viene en cascada, es decir no hay jerarquías a la hora de recibirlo, y llega a la diversidad, esa es la explicación de por qué se entendían a pesar de sus diferentes lugares de procedencia y hablaban en diferentes lenguas.