Misión

“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. La comunidad cristiana está integrada por hombres que, reunidos en Cristo, son guiados por el Espíritu Santo y han recibido la buena nueva de la salvación para comunicarla a todos. La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia.”

Comienzo de Gaudium et Spes


Estas palabras de la Gaudium et Spes del Vaticano II manifiestan con claridad el fundamento de nuestra misión. Queremos ser una comunidad cristiana al servicio de nuestro mundo, viviendo con intensidad el tiempo presente con nuestros contemporáneos para anunciar el evangelio como una buena noticia de felicidad y de salvación. Por eso entendemos que la misión no se reduce a determinadas actividades de compromiso, sino que abarca a toda nuestra vida como laicos.

Somos misioneros en nuestros compromisos profesionales porque queremos encarnar en él los principios y valores de la enseñanza social de la Iglesia. Somos misioneros en nuestros ámbitos familiares porque queremos constituir familias en las que el Padrenuestro resuene con gozo. Somos misioneros porque nos hacemos presentes en situaciones de necesidad cultivando así constantemente nuestra sensibilidad social abriendo nuestro corazón y nuestra vida al encuentro con el necesitado. Somos misioneros porque no eludimos nuestro compromiso social e incluso político en esta sociedad abierta en la que vivimos.

Nuestro estilo de presencia misionera nos lo marca María de Nazaret: más presencia sensible a las necesidades reales de nuestro mundo que palabra ampulosa y protagonista. De esta manera intentamos ser fieles a la voluntad de nuestro fundador en ese triángulo tan fecundo que nos dejó como herencia: fe, María y misión.