El pasado domingo 21 de Abril, las fraternidades de Valencia celebraron su encuentro de zona en la parroquia de Nuestra Señora de los Angeles del Cabanyal de Valencia, en donde se realiza una de las misiones de zona. Decidimos realizarlo en dicho lugar para iniciar una etapa en donde podamos dar a conocer los lugares en donde se han formado comunidades misioneras al servicio del prójimo.
El tema del encuentro era abordar las misiones de zona desde un punto de vista experiencial, y se desarrolló con la forma de entrevista a fraternos enviados por la comunidad a algunas de las diversas misiones que se desarrollan: Los grupos Alfa; La comunidad MARIA DUCE de Burjassot, La comunidad marianista de CASA DE MARIA de Benimaclet, La comunidad de CARITAS (Acogida y Asesoramiento para el empleo), de la Parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles del Cabanyal, y la Delegación de Valencia de Acción Marianista para el Desarrollo, ONG de la Familia Marianista de España.
La misión desarrollada por los grupos Alfa, aborda la primera evangelización para gente sin ningún contacto previo con la iglesia o con su fe aparcada durante tiempo. Aborda un programa de 11 encuentros con charlas que generan interrogantes, un coloquio y una cena para finalizar. Ya van por el 7º año en que se desarrollan, y a través de ellos se ha conseguido suscitar la necesidad de acercarse a Dios a mucha gente.
La comunidad María Duce, consiste en la novedosa formación de una comunidad parroquial sinodal entre fraternos y religiosos marianistas (4 religiosos y 4 fraternos), que aborda los nuevos retos con los que la realidad interpela a laicos y religiosos. Se reúnen todas las semanas durante 4 horas para rezar, convivir, organizar y debatir las tareas necesarias en la parroquia, discernir los retos que se puedan producir, y finalmente cenar. Comparten en régimen de igualdad la gestión de todos las materias que se suscitan en la vida parroquial para poder mantener la actividad en la parroquia de San José Obrero de Burjassot.
La comunidad Casa de María supone el resultado de 10 años de discernimiento fraterno que comenzaron con el “Concilio” que se desarrolló hace 15 años, y que siguió con años de reflexión que cristalizaron en la decisión de formar una comunidad laica marianista fuera de los lugares en donde nos hemos sentido cómodos, para afrontar los retos que ello supone de compromiso, organización, disponibilidad, maduración, etc.. La diócesis nos cedió un local de forma gratuita y el mismo es compartido con comunidades cristianas de Egipto, Siria y Ukrania. La comunidad ofrece desde Septiembre de 2019 acogida a quienes puedan necesitarla, clases de apoyo escolar para más de 50 niños, asesoramiento jurídico, clases de Español, clases de cocina, etc… según así demandaron las parroquias de la zona. Hay una maravillosa oración compartida los jueves por la tarde seguida de un picoteo.
La comunidad fraterna que forma el servicio de caritas (acogida y asesoramiento para el empleo), cogió el testigo de quienes antes gestionaban únicamente la acogida y junto con varios voluntarios del barrio, anhela todos los martes y miércoles, paliar las necesidades de todo tipo de un barrio de contrastes de la ciudad de Valencia (pobreza extrema junto con viviendas turísticas de lujo), mediante el acogimiento de la persona, la escucha, el asesoramiento psicológico y legal, la solución de problemas de todo tipo, la ayuda con trámites administrativos, y la formación para el empleo, etc…
Por último, pero no por ello menos importante, la Fundación Acción Marianista para el desarrollo constituye el cauce para aglutinar en un solo vehículo, la ayuda al tercer mundo de todas las ramas de la familia marinista de España, que gestiona ayudas por valor de más de 300.000.- € en proyectos en 19 países, con la garantía de que toda aportación económica llega a destino, pues la ONG solo tiene 2 empleados siendo todos los demás voluntarios, y el responsable de gestionar el proyecto en destino es siempre un religioso, religiosa o laico marianista.
Asistieron más de 70 personas, y el poso que quedó en todos los asistentes impulsa a la comunidad a seguir viviendo en estado de “misión permanente”.