En Barcelona, el mes de enero siempre celebramos las consagraciones el domingo más cercano al día del Padre Chaminade. El sábado anterior nos juntamos para realizar un retiro antes de las consagraciones.
Este año hemos revivido el amor primero desde el encuentro con Jesús. Como el ciego Bartimeo hemos pedido ver, que Jesús sea nuestra luz y borre nuestros miedos y nuestra ceguera. Como Zaqueo nos subimos a “nuestros árboles” para acercaros a Jesús y nos dejamos mirar por Él. Como la samaritana, encontramos a Jesús en nuestras acciones cotidianas, en nuestro día a día. Como Marta y Maria, paramos nuestra actividad, dejamos todo lo que nos distrae, hacemos silencio y escuchamos a Jesús. Y para acabar, como Maria, proclamamos nuestra alabanza a Dios.
Este año en el retiro de consagraciones ha participado por primera vez la nueva fraternidad El Refugi, formada por exalumnos del colegio Adela de Trenquelleon de las Hermanas Marianistas, que también son monitores de Arrenca’t, el grupo de fe de ese colegio. Es una alegría ver caras nuevas, dar la bienvenidad y acompañar a estos jóvenes en el camino de Fraternidades.
En las Consagraciones nos acompañó Manolo Cortés que celebró la Eucaristía en la parroquia Sant Cristòfol, donde fue párroco durante unos años y con el que nos reencontramos con mucha alegría tanto los fraternos como los feligreses de la parroquia.
Han sido unas Consagraciones especiales este año ya que hemos tenido primeras consagraciones después de mucho tiempo. Damos a gracias a Dios por el Sí de Andrea y Eva en el camino de Fraternidades, que sean sal y luz en el mundo.