El Sillón, una aventura marianista de educación social

La “Biblioteca Digital Marianista” ha publicado la traducción de dos obras cruciales sobre el «Sillon» (El Surco). Una aventura de educación social en el colegio marianista «Stanislas» de París, en el paso al siglo XX, que se convirtió en un movimiento socio-político desde la fe, liderado por el antiguo alumno Marc Sangnier, impulsando la democracia cristiana en Francia. Conocer esta historia apasionante que implicó a un grupo de religiosos de la Compañía de María, nos hace pensar en nuestro hoy de la educación y de la Familia marianista.

     ¿Educamos hoy en nuestros colegios y grupos educativos o pastorales en el debate, en proporcionar a los alumnos o jóvenes, herramientas y métodos para dialogar, para expresarse en público, sobre temas que les interesan según sus edades? ¿Educamos a los más mayores en una conciencia social, un discernimiento sobre los problemas y desafíos de nuestro mundo y de nuestra sociedad? ¿Nuestras ofertas y programas de voluntariado responden a esta tarea educativa? ¿Formamos una fe cristiana y en Iglesia desde esta perspectiva de diálogo y servicio que el Concilio Vaticano II inició y que el papa Francisco impulsa hoy con La Alegría del Evangelio, Laudato si, y Fratelli tutti?

     La historia comenzó en un sótano del colegio Stanislas, que llamaban la “Cripta”. Era el año 1894. Allí diversos grupos de alumnos de las clases superiores (unos doscientos), se reúnen para debatir temas que les interesan sobre sus vidas y el futuro que les espera al salir del colegio. Las reuniones en la “Cripta” dieron lugar a la revista “Le Sillon”. Hay un religioso marianista que actúa a la sombra de la criatura que está naciendo, pero que influye poderosamente. Se trata del P.José Leber (1861-1902), llamado por los alumnos “el Censor”, porque es su asesor, crítico interior, protector e impulsor sin querer dirigir. Leber es una persona con una conciencia social muy acusada, que va a ser el catalizador de la Cripta. Murió muy joven, a los 41 años, pero dejó una huella indeleble entre los chicos.

       En el grupo de la Cripta y de la revista “Le Sillon”, a la muerte del P.Leber, hay un antiguo alumno, Marc Sangnier, que va a destacar sobre todos y que se convierte en el líder indiscutible. En pocos años, desde que Sangnier termina su carrera, el movimiento de los círculos del “Sillon” se extienden por toda Francia. Se quiere un país distinto, con un sistema democrático auténtico, que supere los experimentos de las dos repúblicas iniciales tras la Revolución de 1789. Pero tampoco están contentos los sillonistas ni los marianistas que les apoyan, con la “Tercera república”, a la que llaman “monarquía decapitada”, falsa democracia. El “Sillon” no quiere ser un partido político, sino levadura cristiana y comprometida en la masa de la nación. Es uno de los grupos que impulsan la “Democracia cristiana” en Francia. Otro religioso marianista muy comprometido en el Sillon fue Don Luis Cousin, que había sido el fundador de la SM en España (primer director del colegio de San Sebastián). El “Sillon” tendrá una vida corta pues sucumbirá en 1910 ahogado por la crisis modernista que se desata en la Iglesia (las condenas eclesiales contra el mundo moderno) y en medio de un doloroso capítulo que se abre para la Compañía de María con la expulsión de las congregaciones docentes de Francia, por obra de la ley Combes. Sin embargo, el “Sillon” es un faro de luz, de fe, de visión eclesial típicamente marianista y de ejemplo de comunión con la Iglesia a pesar del sacrificio. Esta aventura fue un modelo de misión compartida entre religiosos y laicos y marianistas, alumnos y antiguos alumnos, un desafío para nuestra misión hoy en la sociedad y en la Iglesia.

Enrique Aguilera

Religioso Marianista