El pasado fin de semana de noviembre del 22 al 24, 40 jóvenes tuvimos la oportunidad y la suerte de poder vivir unos ejercicios espirituales. Nos fuimos al Santuario de Montiel, lugar privilegiado por sus vistas.
A lo largo del fin de semana pudimos profundizar en las diferentes ventanas de nuestra vida, nuestro yo interior, yo con los demás, yo con el mundo y yo con Dios.
En cada una de las ventanas, escuchamos de primera mano, testimonios de personas que pertenecen a nuestra Comunidad de Fe, donde pudimos vernos reflejados, compartir inquietudes y darnos cuenta de que no estamos solos, de que nos acompaña una gran Comunidad de Fe.
Un fin de semana al año para parar es siempre una oportunidad increíble, pero si encima tenemos la suerte de hacerlo con jóvenes lo es aun más. Como dijimos en los ecos del último día, cada año se van incorporando nuevas caras y se reencuentran caras conocidas, lo que hace estos ejercicios aun más especiales. Me quedo con la idea que nos transmitió Javier, todo es más sencillo, que no fácil, de lo que pensamos. Ojalá consigamos transmitir en nuestro día a día todo lo que nos llevamos en el corazón de estos días.
Mercedes