| El 20 de agosto tuvimos la oportunidad de poder asistir a los jubilares de Logroño desde Vitoria. Fue un encuentro intenso, vivido y que nos provocó muchas sensaciones y sentimientos. Había una emoción especial tras los últimos años de encuentros y celebraciones virtuales, hubo oportunidad de vernos, escucharnos y abrazarnos, de cerca, y en torno a un buen motivo de celebración.Por destacar algo de lo sentido en esa tarde:Nostalgia. Revivimos caras, nombres, personas, tras mucho tiempo en algunos de los casos, pasan los años, todos somos más mayores y nos permitió recordar muchos momentos vividos con ellos. Aquellas clases, aquellas reuniones, esos campamentos, tantos y tantos momentos vividos con los marianistas que habíamos conocido a s su paso por Vitoria. Familia. Sensación de familia, de pertenencia, de cercanía, de haber compartido momentos, toda una vida siendo marianistas. Un sentimiento de alegría y bienestar por pertenecer a esta gran familia.Agradecimiento. Agradecimiento a todos y cada uno de los marianistas, religiosos/as de quienes hemos aprendido a vivir la fe, a vivir la misión y a vivir en comunidad, por todo lo que han dado todos ellos, por todo los que se nos han ido todos estos años. Darnos cuenta que mucho de lo que somos se lo debemos a ellos y también, a otras personas marianistas laicas con las que hemos construido y compartido proyecto de vida.Compromiso. Todos nos hacemos mayores. Hay una realidad que se intuye de esta celebración y es que los «laicos» hacemos más falta que nunca. En esta misión marianista somos más necesarios que nunca. Nuestro compromiso es importante, necesario, para acompañarles y para hacer nuestra la misión, actualizada, viva en los tiempos y necesidades de hoy, guiados por María, por su ejemplo de disponibilidad y servicio a las personas y al Reino de Dios.Luis Echávarri y Laura Fdez.de Carranza ResponderReenviar | |
