Entrevista a Boris Giambanco. Presidente de las Comunidades Laicas Marianistas (CLM)
Del 23 al 30 Julio de 2022 con el lema «Soñar juntos la fraternidad», se ha celebrado en Guadarrama el octavo Encuentro internacional Comunidades Laicas Marianistas, el segundo celebrado en España, tras el de Llíria (Valencia) en 1997. En su transcurso se eligió al nuevo presidente de las Comunidades Laicas Marianistas (CLM), Boris Giambanco, de las Fraternidades Marianistas de la Provincia de Zaragoza (FMPZ), para los próximos cuatro años, un equipo integrado por un representante de cada región marianista del mundo. En esta entrevista, Boris, nos traslada cómo llevará la nueva misión a la que le ha enviado el Espíritu y su visión sobre la situación en que se encuentran las CLM en la actualidad.
Pregunta.- Resume brevemente tu trayectoria en Fraternidades Marianistas y en la Familia Marianista
Respuesta.- Mi experiencia como Laico Marianista comenzó cuando tenía 19 años; ya son casi 30 años en este camino elegido para vivir mi cristianismo según este carisma marianista que nos hace únicos dentro de la unidad de la Iglesia, de los cuales, 20 han sido como consagrado definitivo.
En estos años, he ido asumiendo los diferentes puestos de responsabilidad que la comunidad me ha ido pidiendo, siendo responsable de la zona de Zaragoza, y sobre todo, responsable de la Provincia de Zaragoza, los más representativos.
Este último me permitió compartir mucha vida con la Familia Marianista de España y tener la oportunidad de conocer a muchos religiosos, religiosas y laicos comprometidos y que rebosaban de nuestro carisma, que rebosaban familia.
Destacaría especialmente dos acciones que hicimos juntos por entonces: uno nuestro, de los laicos, pero donde se implicaron de manera súper generosa religiosos y religiosas, que fueron los dos primeros años del encuentro “Sal en Familia”. Su participación fue clave para la dimensión que alcanzaron dichos encuentros. Y la segunda, como Familia, con humildad y generosidad, lanzar la fundación de la ONGd, «Acción Marianista para el Desarrollo».
P.- ¿Cómo afrontas en lo personal el reto de presidir las Comunidades Laicas Marianistas (CLM)?. ¿Da vértigo?
R.- Sí, da un poco de vértigo, la verdad; en las anteriores responsabilidades había pasado por los distintos consejos previamente, con otros cargos que no eran el de responsable, y por tanto ya te permitía conocer la dimensión del servicio que se solicitaba y las dinámicas que se llevaban en cada equipo.
Pero en este caso, no es así. Además, se ha dado la circunstancia de que sólo queda una persona del equipo saliente.
Por supuesto intuyes o conoces por lo que te han contado y has vivido en encuentros europeos o internacionales las grandes líneas y responsabilidades que acarrea el servicio, pero hasta que no realicemos la transición con el antiguo equipo hay una pequeña incertidumbre que provoca ese poco de vértigo que mencionas.
En lo personal lo afronto con ilusión; cuando Begoña Marín, como responsable de la Provincia de Zaragoza me pidió el servicio, como he comentado en otros foros, hubo un triple discernimiento: personal, con mi familia y con mi comunidad. Una vez hecho el discernimiento y decidido dar el paso adelante, que es el período de mayor vértigo, lo afrontas con ilusión; el equipo internacional entrante es muy potente, y acompañados por el Espíritu, haremos lo que mejor podamos este servicio.
P.- ¿Qué supone para ti?
R.- De entrada… ¡mucho trabajo!; bromas aparte, lo siento como mi último servicio a la rama laica de la Familia y bueno, supone el que haya participado a lo largo de mi vida, en el desarrollo de un camino de fe en el que creo, que me ha ayudado a ser quien soy y al que entregué mi vida con la Consagración Definitiva, y que creo que debemos compartir esta riqueza con los demás.
P.- ¿Cómo vas a poder compaginar tu nueva responsabilidad con tu vida familiar y profesional?
R.- Con equilibrio y mucha planificación y orden. Hace cuatro años ya se me pidió el servicio y los discernimientos me hicieron no aceptar. Entre los distintos temas, uno fue mi familia. El momento y las edades de mis hijas no parecían las más idóneas. Y lo mismo a nivel profesional; había cambiado hacía apenas tres años y el momento en este aspecto tampoco se presentaba como el más oportuno. Es verdad que no creo que exista un momento vital ideal, pero sí que hay mejores momentos que otros.
P.-¿Qué papel deben jugar las Comunidades Laicas Marianistas (CLM) dentro de la Familia Marianista?
R.- Cada vez deben tener un mayor papel, aunque sólo sea por la mera evolución numérica de las ramas. Obviamente no sólo es esa la razón, ni siquiera es la principal; tenemos mucho que aportar a través de nuestra vida laica, de nuestro día a día, insertos en la realidad de nuestra familia, nuestra profesión, y por qué no, de nuestra vida económica y socio-política. Debemos dar un paso al frente y asumir mayor protagonismo y responsabilidad, sin perder de vista el hacerlo desde la humildad, la escucha y el servicio al resto de la Familia.
P.- ¿Cómo se encuentran las Comunidades Laicas Marianistas (CLM)?
R.- En el 8º Encuentro Internacional hemos podido compartir mucha ilusión, mucha vida y mucho futuro. En particular compartir que estuvieron con nosotros un grupo de jóvenes de las distintas regiones del mundo; fue una maravilla escucharlos y convivir con ellos. Que ¿cómo se encuentran las Comunidades? con referencias así, escuchando (una y otra vez, escuchar) y respondiendo a esa escucha, tenemos CLM para rato.
P.- ¿Cuáles son tus objetivos como presidente de las Comunidades Laicas Marianistas (CLM)?
R.- La Asamblea ha marcado unas líneas de trabajo para todo el Equipo Internacional y es lo que intentaremos acometer lo antes posible.
Sí que es cierto, que además de lo anterior, nos gustaría trabajar en cuatro grandes líneas: por una parte, todo lo que tiene que ver con la actualización de la documentación y la gestión interna, en particular revisar los estatutos y consolidar un presupuesto anual internacional. Una segunda que tiene que ver con la relación con los países y las comunidades laicas: llevar la dimensión internacional; iniciativas de comunicación, potenciación de redes de distintos perfiles -por ejemplo, jóvenes-, publicidad, participación, …. La tercera cuidar la relación con el vaticano y la Iglesia: ser visibles y estar presentes en las iniciativas que surjan. Participar, por ejemplo, si ha lugar, en las fases posteriores del sínodo, o al menos, participar en su difusión. Y, la cuarta, potenciar la Familia Marianista; ver cómo podemos seguir dando pasos, cómo podemos participar efectivamente entre nosotros, partiendo de la máxima de la “unión sin confusión”, e incluso ver cómo podemos seguir trabajando en nuevas misiones de familia.
P.- ¿Desde tu punto de vista como ha afectado la pandemia a la vida comunitaria y las CLM?
R.- Por lo compartido en el Encuentro Internacional ha habido sensaciones dispares; por una parte, ha habido comunidades que el salto a las reuniones virtuales les ha restado vida, pero sin embargo, una mayoría ha encontrado una nueva forma de hacer comunidad. La tecnología les ha permitido unir a personas que se encontraban en diferentes lugares físicos, compartir su fe de manera virtual… ¿odres nuevos para vino nuevo?
P.- Una última reflexión
R.- Que recéis mucho por todo el nuevo Equipo Internacional, y que nos apoyéis y animéis todo lo que podáis. Que seamos “profetas en nuestra tierra” y que España sienta las CLM, estando receptivos a su dimensión internacional. Porque, la riqueza de la diversidad que tenemos, dentro de nuestro carisma único, es extraordinario.
Pero, sobre todo, os pediríamos que viváis vuestro seguimiento de Jesús, con y en vuestra fraternidad. Tiene que haber mucha vida en nuestras comunidades, para que el servicio que nos habéis pedido tenga su máximo sentido.