Hace ya algo más de un mes, a finales de octubre, tuvo lugar el encuentro de jóvenes realizado en Zaragoza que se organizó desde la Comisión de pastoral juvenil y vocacional. De este encuentro participaron las fraternidades de jóvenes de las dos provincias de la península. Fue un encuentro que se organizó con la intención de juntar a nuestros jóvenes y darles una experiencia de fe que pudiesen vivir a través de la convivencia y las actividades que se realizaron en los diferentes talleres. Después de haber reflexionado y asentado la experiencia vivida en ese encuentro quería compartirla con vosotros.
Salimos de Barcelona un viernes por la tarde después de toda una semana de trabajo con la única intención de desconectar. Llegamos sobre las 19 hora en la que empezamos a acoger a todos los jóvenes que venían de sus respectivos municipios, nos juntamos allí alrededor de 30 jóvenes provenientes de Madrid, Valencia, Jerez y Barcelona. Era un grupo muy heterogéneo, desde fraternidades que llevaban varios años consolidadas hasta jóvenes que estaban buscando cual podría ser su camino como grupo. Por mi parte vi muchas caras nuevas, aunque muchos de los que allí estaban ya se conocían de otros eventos como pudo ser el camino de Santiago o bien le peregrinación a Taizé.
Previamente al fin de semana, consultamos aquellos temas que los jóvenes estimaban de importancia en su vida de fe. En este caso nos centramos en hablar de la misión. La misión personal de cada uno y la misión colectiva como fraternidades. A través de la misión queríamos explorar que podía aportar cada uno al mundo para dar un poco de esperanza al futuro. Fueron 3 días, desde el viernes al domingo, donde pudimos compartir un poco de nuestra experiencia con algunos de los jóvenes marianistas de nuestras provincias. Para ello contamos con la ayuda de fraternos de la provincia de Madrid y Zaragoza, religiosos marianistas y con la participación de los responsables de las respectivas provincias Herminia Rangel y Javier Palop. Para terminar, cerramos el encuentro participando de la eucaristía celebrada en el colegio.
En mi caso, que buscaba un fin de semana para desconectar de la rutina, acabé descubriendo una experiencia que me permitió conocer a varios “desconocidos” que gracias a su participación han ayudado a darle un poco más de forma a mi misión personal. Por lo que percibí, la sensación general es que todos disfrutaron de la experiencia y se fueron con muchas ganas e ilusión por participar del próximo encuentro o actividad que se proponga.
Finalmente quiero mandar un saludo a los que participaron junto a mi y animaros a participar a todos del próximo, por lo que solo me resta decir: ¡Hasta la próxima!
Daniel Higueras