Reunión del Consejo de Provincia en Vitoria: concretadas las líneas de acción para los próximos cuatro años

El fin de semana del 22-23 de octubre nos reunimos el Consejo Provincial de las fraternidades de la Provincia de Zaragoza en Aprikano (Álava), en casa de Gema y de Javier. Llevamos al Consejo mucha ilusión y muchas ganas de soñar. Fue un consejo muy intenso donde nos centramos en las líneas de acción aprobadas en la Asamblea Provincial de este verano en Guadarrama : recrear las fraternidades, los jóvenes, la comunidad de fe y la misión).

Recrear las fraternidades

Comenzamos con la línea de recrear fraternidades. Aprovechando el 40 aniversario de la fundación de las fraternidades marianistas de la Provincia de Zaragoza, vamos a iniciar un proceso de oración, discernimiento y reflexión para recrearnos y así profundizar en el horizonte de futuro. Para que este proceso sea ilusionante y renovador lo tenemos que llevar a cabo entre todos, en comunidad, en familia, apoyándonos unos en otros.

Las fraternidades de la Provincia de Zaragoza cumplimos 40 años de vida en comunidad. Tenemos nuestra propia historia, una historia rica y llena de buenos frutos formada por fraternos de varias generaciones, por los religiosos y religiosas marianistas que desde el inicio hasta hoy han estado junto a nosotros y que con su testimonio de vida han ido transmitiéndonos cómo vivir el carisma marianista. Nuestra historia continúa porque el sueño del Padre Chaminade sigue vivo hoy y si Dios quiere, esta historia continuará más allá de nuestros días.

Pensamos que es un buen momento para releer nuestra historia; por eso en el Consejo Provincial nos hemos centrado prioritariamente en la línea de acción de “recrear”. Comenzamos este proceso volviendo a Jesús, a Galilea, a nuestras raíces, no con nostalgia del pasado sino con una mirada agradecida; a la luz de nuestros documentos fundacionales y de la Palabra de Dios, vamos a hacer una relectura de la propuesta de FMPZ, situándonos en el espíritu de Chaminade en Burdeos 1800, asegurando así una comprensión de las fraternidades en el contexto Madeleine, mirando al futuro esperanzadamente.

Haremos este proceso con una mirada contemplativa de la realidad, haciendo un proceso de escucha a nuestra comunidad, a los fraternos que hoy están y a los que marcharon porque todos tienen algo que decirnos, descubriendo la mirada de Dios sobre las fraternidades, sobre cada uno de nosotros. Se trata de volver la mirada a nuestros orígenes para recrear, entre todos, nuestra vida, nuestra comunidad. Debemos volver a decir sí al Señor, sí queremos seguir en este camino.

Es una línea fundamental a la que queremos dedicarle mucho tiempo y esfuerzo. Creemos que una propuesta actualizada del camino laico marianista es un reto apasionante. Contamos con las aportaciones de todos y las intuiciones necesarias para llevarlo a cabo.

Este proceso es una respuesta que queremos dar desde nuestras realidades a las palabras de María “Haced lo que Él os diga”. El proceso tendrá mística, tiene que ir de la mano del Evangelio, y será el Espíritu quien lo irá guiando. Sabemos que nuestro mundo necesita de nuestro carisma y que nosotros, los laicos, tenemos el deber de transmitirlo desde lo cotidiano de cada día. Somos conscientes del papel del laico en la Iglesia y en la familia marianista, pero para eso debemos volver a ilusionarnos todos; esto no es el sueño de unos sino el sueño de una comunidad que sabe que Dios la necesita. Es un proceso que vamos a hacerlo juntos.

Los jóvenes:

Otra de las líneas de acción aprobadas en la Asamblea Provincial fueron los jóvenes. Este año se han formado cuatro fraternidades de jóvenes en la Provincia de Zaragoza; esto es un motivo de alegría y esperanza. Establecimos un itinerario para dar a conocer las fraternidades a los jóvenes, y compartimos la preocupación por la formación durante estos primeros años, así como el problema de la falta de acompañantes. La zona de Valencia se ofreció para hacer un material de formación para los jóvenes de la primera etapa que les ayude al crecimiento en la fe. Vimos la necesidad de que los jóvenes tengan momentos de experiencia de fe fuertes, que los jóvenes fraternos tengan, a lo largo de su vida en fraternidades, momentos especiales de encuentro con Dios.

Comunidades de fe:

Respecto de la línea de la comunidad de fe compartimos las situaciones de cada zona. Somos conscientes de la importancia de que las fraternidades formemos parte activa de las comunidades de fe que ya existen o se vayan formando, pues nos sentimos llamados a transmitir nuestro carisma. Por eso, uno de nuestros objetivos es apoyar, y promover las comunidades de fe en cada lugar donde haya presencia de laicos marianistas: comunidades centradas en la celebración y en donde las fraternidades  seamos una parte activa de las mismas. Solo si la comunidad de fe crece, se desarrolla, se empodera y asume su futuro en todas sus dimensiones conseguiremos llegar a ser un auténtico lugar Madeleine, el lugar que el Padre Chaminade soñó para nosotros.

Misión:

 Respecto de la misión sentimos la llamada del Padre Chaminade “todos sois misioneros”; queremos que esa llamada resuene en cada uno de los fraternos de la zona. Existen en las distintas zonas propuestas de salida al encuentro del necesitado, porque sabemos que es la forma de dar sentido a nuestro ser cristiano, de dar vida a las bienaventuranzas, al Evangelio, de pasar por nuestro corazón las palabras del Papa Francisco “todos somos hijos de un mismo Dios”.

Algunas zonas tienen misiones propias, otras misiones individuales; se motivó la importancia de que cada zona tenga un fondo social para atender las necesidades que puedan surgir. Se compartió en el Consejo de Provincia la experiencia de misión compartida de la parroquia de San José Obrero de Burjassot, una experiencia que después de un año de discernimiento entre religiosos y laicos ha dado su fruto, iniciándose esta misión compartida en septiembre.

Consideraciones finales

Fueron dos días de soñar juntos, de profundizar en el papel de los laicos en la familia marianista, en la Iglesia y en la sociedad. Para que este proceso llegue a cumplir sus objetivos de renovar y revitalizar nuestra vida como marianistas laicos, queremos implicar a toda la Provincia. No partimos de cero; tenemos un largo camino recorrido, pero hay que evitar el riesgo de acomodarnos, de instalarnos. Puestos los ojos en Jesús seguimos adelante como comunidad comprometida, acogedora, misionera, que escucha la voz de Dios y sabe dar respuesta a lo que Dios le pide.

El Consejo compartió momentos de oración y de convivencia con los fraternos y religiosos de la zona de Vitoria, los cuales estuvieron cuidándonos en todo momento.

A mediados de noviembre volveremos a reunirnos para concretar los pasos a dar en este proceso de recreación.

Somos conscientes de que tenemos por delante una gran misión y sabemos que la recreación de las fraternidades de la Provincia de Zaragoza puede ayudarnos a cambiar el corazón de cada uno de nosotros y nos va a volver a ilusionar con el sueño de Dios sobre nuestra comunidad; sin duda esto fortalecerá nuestro ser laicos marianistas y nuestra pertenencia a la Familia.

Que el Espíritu nos dé luz en este proceso.

Herminia Rangel

Responsable de las FMPZ