Última día  de Asamblea: relevo en las FMPZ en un clima familiar

La cuarta y última jornada de la Asamblea Provincial de las Fraternidades Marianistas de la Provincia de Zaragoza (FMPZ), el domingo, fue un día de relevo, y, al igual que el resto de la asamblea, se produjo en un clima familiar, con presencia de representantes de las distintas ramas, tanto religiosos como religiosas y varios miembros de las Fraternidades Marianistas de la Provincia de Madrid (FMPM).  Fue un día de encuentro que arrancó con una emotiva oración taller sobre La Luz de Jesús¸ desde donde revivir el amor primero desde el encuentro con Jesús, organizada por la zona de Vitoria.

Una oración, que a lo largo de una hora,  nos permitió reflexionar desde el Evangelio con distintas imágenes de encuentro de Jesús a través de los sentidos para desde allí dejarnos iluminar por Él a través de un encuentro comunitario. Desde el encuentro con Bartimeo, que nos permitió reflexionar sobre las cegueras que tenemos, pasando por los encuentros con Zaqueo y la Samaritana, donde reflexionamos sobre los momentos en que hemos experimentado la mirada de Jesús, en el caso de texto Zaqueo, y momentos de Su Presencia, en el caso del texto de la Samaritana, concluyendo en el Ejemplo de María, Madre de Jesús, como ejemplo de servicio y alabanza.

Tras la oración, llegó el momento más esperado el del relevo, donde el equipo de zona saliente con Begoña Marín, como responsable, y Rafa Iglesias, como asesor provincial, dieron paso al nuevo equipo provincial con Herminia Rangel, como responsable, y Paco Sales, como asesor. Un momento de agradecimientos por el trabajo realizado al equipo saliente, y por su disponibilidad al servicio en referencia al equipo entrante, que tendrá que afrontar el futuro inmediato de las FMPZ siguiendo las líneas directrices surgidas de la Asamblea Provincial: Recrear fraternidades; aproximarse a los jóvenes; comunidad Madeleine o lugares Madeleine y trabajar en tema de la misión en salida.

Como conclusión global a la Asamblea Provincial, una eucaristía de acción de gracias y de envío de los asistentes a sus zonas para empezar a vivir y poner en marcha las FMPZ del 2022-2026, con su sencillo acto final, ya tradición en las últimas asambleas, de imposición de manos por parte de toda la comunidad a la nueva responsable, como símbolo de envío y servicio a la comunidad.